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La Sima de San Pedro – datos y emociones

Si a la Sima de San Pedro vas, con ella, y durante toda la vida, soñaras.

La Sima de San Pedro. Se encuentra entre las localidades de Oliete y Ariño, en la Sierra de Arcos, provincia de Teruel.

A mediados del siglo XIII don Blasco de Alagón, señor de estas tierras, cedió varios terrenos a la orden cristiana de los Mercedarios. Los cedió para que pudiesen explorarlos.

En 1320, se conoce ya la existencia de una capilla. Fueron los monjes quienes, pensando que el poblado de origen ibérico, que se encontraba cerca de allí, era de origen griego. Bautizaron el lugar como “La Sima de San Pedro de los griegos”.

Conocida desde tiempo inmemorial, por la espectacularidad de su boca y verticalidad, esta descomunal hendidura, considerada única en Europa por su estructura, es un refugio de biodiversidad con un valor ecológico excepcional.

Se trata de un asombroso pozo troncocónico de origen kárstico. Su boca posee 100 metros de diámetro y una profundidad estimada de 108 metros hasta la superficie del lago que ocupa el fondo. Esta imponente sima se forma a través de una cueva subterránea que sufrió un proceso erosivo ascendente que ocasionó que su techo se derrumbase. Las margas y calizas jurásicas forman una secuencia estratigráfica normal, es decir que los estratos más recientes se encuentran sobre los más arcaicos.  El lago, con una profundidad de 22 metros y cerca de 4000 metros cuadrados de extensión, fue explorado en 1993 por espeleo-buceadores del C.E.A. de Zaragoza.

Constituye un punto de especial valor faunístico, en especial, por su papel ecológico como refugio de aves, que aprovechan las numerosas cavidades y escalones de las paredes para anidar, concentrando en su interior diversas especies como: chova piquirroja, vencejo real, graja, paloma bravía, estornino negro, avión común y gorrión chillón; hasta 7 especies diferentes de murciélagos: ratonero, orejudo, común, borde, montañero, hortelano y rabudo; y anfibios: rana común, sapo partero y la culebra viperina, que son atraídas a este punto por las especiales condiciones micro climáticas que la profundidad de la sima y la aparición del freático en su fondo generan.

La plataforma metálica instalada en la cabecera fue construida por una empresa francesa en 1879. Extraían el guano procedente de las aves que anidaban en sus paredes, para usarlo como abono en las explotaciones agrícolas. Anteriormente hay documentación de arriesgados descensos por vecinos de la comarca en 1810, 1831, 1856 y 1864.

Con un rápel magnífico totalmente extraplomado de 91 metros instalados en su plataforma, es una verticalidad que te atrapa por su entorno y belleza.

El dicho popular está bien dicho y como dicho: si a la Sima de San Pedro vas por la noche soñarás.

 

Publicado en Actividad